Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha gozado de la presencia de animales de compañía como el perro y el gato. Este último tiene un particular significado otorgado por civilizaciones antiguas como la egipcia, donde eran venerados como dioses. En la actualidad, el panorama no es diferente y por ello quiero hablarles sobre los beneficios de tener mascotas, las cuales han sido claves durante la pandemia.
Muchas personas han desarrollado estrés y ansiedad a causa del encierro, y por no poder ver a sus familiares y amigos, aumentando la sensación de soledad. Seguramente, quienes tienen mascotas y están leyendo este artículo dan fe de que, ante el sentimiento de agobio, no hay mejor tranquilizante que un ronroneo, un lambetazo o una mirada de esperanza de ese ser que no necesita hablar para hacerte saber que todo estará bien.
Pero, ¿de dónde viene esa sensación de tranquilidad que nos proveen? Todo empieza por los lazos de afecto que se desarrollan entre el animal y su dueño. Es difícil ponerlo en palabras, pero es algo que se siente en el interior desde el primer momento.
«Una mascota hace mejores seres humanos, más empáticos y compasivos; especialmente, más conscientes del valor de la vida».
Los beneficios psicológicos han sido los de mayor impacto durante la etapa de cuarentana y pospandemia, así lo demostró un estudio realizado en España durante la cuarentena y que fue publicado en el Journal of Veterinary Behaviour, en el que participaron casi 1300 personas. Tres de cada cuatro entrevistados señalaron que la compañía de su perro o gato fue fundamental para superar la etapa de confinamiento.
Aunque para muchos no es fácil comprenderlo, quienes contamos con la compañía de un peludo sabemos que ellos entienden nuestros estados de ánimo y asumen posturas distintas dependiendo de los mismos. Así pues, síntomas de tristeza, soledad, incertidumbre y desesperanza que han salido a flote en muchas personas durante este tiempo, han sido aliviados por nuestras mascotas de forma silenciosa, inexplicable y heroica.
Además, tener una mascota también nos hace mejores seres humanos, más empáticos y compasivos; especialmente, más conscientes del valor de la vida y su manifestación en diferentes formas y especies.